Elegir con Franqueza

Desde aproximadamente en siglo XVIII, se ha hecho énfasis a la “izquierda política” y a su vez dando el nacimiento de la “derecha política” ambos con ideologías distintas obviamente, cada uno persiguiendo un fin, a través de líneas estratégicas en objetivos ligeramente organizados, no obstante, no han alcanzado el sentido común de enlace: Nación – pueblo – democracia – patriotismo – partido político - republica;

esto supone por intereses propios por fallas de principios o de acojo a la ética humanista, al desarrollo económico con condiciones fuera del alcance de todos los involucrados en una nación, de la ciudadanía.

Pero, ¿Cómo obtiene estos partido, completamente distintos en: ideología, programas y principios políticos llegar a la sociedad?:

Primero: el ser humano es un ser completamente sensible, lleno de sentimientos contraídos en su interior, es por eso que los partidos políticos se aprovechan de esta debilidad arraigando pasiones, llevando, persuadiendo haciendo recordar a los mártires de la patria, a los idealistas, escritores, luchadores sociales que más se acerquen al interés personal o político, y en su defecto coalicionando intencionalmente a aquellos que no cubran o tengan que ver su causa con el fin de captar más adeptos o seguidores.

Existe una efecto secundario o una debilidad en estos casos, siempre es posible de aquellos que sean atraídos por estas pasiones, sean tan fuertes que llegaría el momento donde la más mínima desviación política, éstos arremetan contra ellos mismos (partido político) por no seguir los ideales; inevitablemente conllevaría a la ruptura del partido o en su defecto la creación de otra coalición por los disidentes del mismo.

Segundo y posiblemente una de las razones más importantes y fuertes: el populismo; por alguna razón es una palabra que no aparece el DRAE (Diccionario de la Real Academia Española), mas sin embargo es ambigua y muy utilizada por muchos partidos políticos del mundo, en especial y desde hace varios años en el continente Americano.

El político o partido político, se aferra a conseguir llegar a las masas populares, utilizando estrategias ya muy conocidas, muy extenuantes y desgastadas a su vez, utiliza o crea técnicas nuevas de poco uso por ser muy arriesgadas, lo que es bien claro mi querido lector, que el populismo es un atajo para alcanzar los propósitos del juego electoral, donde juegan con los sentimientos, las necesidades y pasiones de las personas, dejando a un lado la razón, el entendimiento, la concientización del porque elegimos a un candidato o porque decidimos ser parte de un partido político.

Muchas veces se convierte en jergas políticas, que no alcanza el grado de convencimiento real, sino ficticio, psicológico y sin sentido, donde lamentablemente accedemos y creemos.

Uno de los juegos del populismo es ver la vida ajena y hacerla pública, es hacerle creer al militante y no militante que hace y no  la víctima, victimario o viceversa, esto conduce que los referidos actúen injustamente entre si y sean beneficiados los terceros o el tercero, sin esfuerzo alguno.

Dicho esto y obviando muchas estrategias políticas, no por desconocimiento o por beneficio propio, es para no aburrirte con mis palabras sinceras y apropiadas, tan poca articuladas y un tanto desordenadas.

Más sin embargo, es necesario preguntarse:

¿Cómo evadir estas fantasías y seguir en el sendero correcto?

Tal vez lo más fácil sería: estudiar, si, así es, estudiar; Simón Rodríguez dijo en algún momento: “al que no sabe, cualquiera lo engaña. Al que no tiene cualquiera lo compra” y de allí veo necesario citar las siguientes líneas del mismo Rodríguez: “el hombre no es ignorante porque es pobre, sino lo contrario”; “nadie hace bien lo que no sabe; por consiguiente nunca se hará República con gente ignorante, sea cual fuere el plan que se adopte”.

En Valle de La Pascua, Estado Guárico a los 21 días de agosto de 2015.

Erik Hernández